Tú, en Cuya Presencia mi Alma es Feliz
Tú en cuya presencia mi alma es feliz
a quien clamo en toda aflicción;
consuelo de día, y de noche mi luz;
mi Dios y mi gran salvación.
Oh, dime, ¿en dónde tu grey va a pacer
contigo los pastos de amor?
¿Mi alma en el valle de muerte ha de ver
extraviada de su buen pastor?.
¿Por qué he de vagar extranjero de ti
llorando de necesidad?
Escarnios y burlas harían de mí,
los que odian al Dios de verdad.
Devuelve a los tuyos la luz de tu faz
aliéntanos en la aflicción;
que en mi alma afligida irradie tu paz,
cual dulce señal de perdón.
¡Él mira! Y resuena por la inmensidad
angélica voz de placer.
¡Su voz! Al hablar llena de eternidad
con mil ecos de gloria y poder.
Mi fiel salvador, he oído tu voz,
contemplo, encantando, tu amor;
suspiro ardiente, seguirle en pos,
y amarle, mi tierno pastor.
Tuyo soy Jesus
Tuyo soy, Jesús, ya escuché la voz
De tu amor hablándome aquí;
Mas anhelo siempre servirte oh Dios,
Y más cerca estar de Ti.
Coro
Aún más cerca, cerca de tu cruz,
Llévame, ¡oh, Salvador!
Aún más cerca, cerca, cerca de tu cruz,
Llévame ¡oh, buen Pastor!
A seguirte a Ti me consagro hoy,
Constreñido por tu amor,
Y mi espíritu, alma y cuerpo doy,
Por servirte mi Señor.
¡Oh! Cuán pura y santa delicia es,
De tu comunión gozar,
Y contigo hablar y tu dulce voz
Cada día escuchar.
De tu grande amor no comprenderé
Cuál es la profundidad;
Hasta que contigo Jesús esté
En gloriosa eternidad.
Un buen amigo tengo yo
Un buen amigo tengo yo, su amor salvó mi vida;
y por su muerte gozo hoy tal gracia inmerecida.
Y con el lazo de este amor, que nunca se ha cortado,
seguro puedo siempre andar, a él estoy ligado.
Un buen amigo tengo yo, el ser me dio al crearme,
y a sí mismo se entregó a fin de rescatarme.
Pues, cuanto tengo es todo de él, él mismo me lo ha dado;
mi vida, fuerza y corazón, a él le he entregado.
Un buen amigo tengo yo, el Todopoderoso,
que quiere al fin llevarme a mí a su hogar glorioso.
Para animar mi vida aquí, me deja ver su gloria,
y con la ayuda que me da yo gano la victoria.
Un buen amigo tengo yo, tan fiel y tan amante;
mi sabio consejero es, mi protector constante.
De quien al mundo tanto amó, jamás podrá apartarme
ni el mundo, ni la muerte, pues soy suyo para siempre.