Maestro, se encrespan las aguas
Maestro, se encrespan las aguas
Y ruge la tempestad.
Los grandes abismos del cielo,
Se llenan de oscuridad.
No ves que aquí perecemos
¿Puedes dormir así?
Cuando el mar agitado, nos abre
Profundo sepulcro aquí.
CORO
Los vientos, las ondas oirán tu voz,
Sea la paz, sea la paz.
Calma las iras del negro mar;
Las luchas del alma las hace cesar,
Y así la barquilla do va el Señor,
Hundirse no puede en el mar traidor.
Doquier se cumple tu voluntad,
Sea la paz, sea la paz.
Tu voz resuena en la inmensidad,
Sea la paz.
Maestro, mi ser angustiado,
Te busca con ansiedad,
De mi alma, en los austros profundos,
Se libra cruel tempestad.
Pasa el pecado a torrentes,
Sobre mi frágil ser,
Y perezco, perezco Maestro:
Oh, quiéreme socorrer.
Maestro, cesó la tormenta,
Los vientos no rugen ya.
Y sobre el cristal de las aguas,
El sol resplandecerá.
Maestro, prolonga esta calma,
No me abandones más;
Cruzaré los abismos contigo,
Al puerto de eterna paz.
https://youtu.be/DFBKZCUzIIU
Maravillosa gracia
1.Maravillosa gracia,
de Cristo rico don;
que para describirla,
palabras vanas son.
Encuentro en ella ayuda,
mi carga ya quitó,
pues de Cristo divina gracia
me alcanzó.
Coro:
De Jesús maravillosa gracia
(de Jesús el Salvador
maravillosa gracia),
insondable es cual el ancho mar
(insondable es cual el ancho mar,
el ancho mar).
Don incomparable,
fuente inagotable,
mi alma puede allí su sed calmar
(mi alma su sed allí puede calmar,
su sed calmar).
Don precioso, rico e inefable
(y alto),
libre es para todo pecador,
(para todo pecador).
¡Oh ensalzad el nombre
de Jesús el Salvador!
2.Maravillosa gracia,
única salvación;
hallo perdón en ella,
completa redención.
El yugo del pecado
de mi alma ya rompió,
pues de Cristo divina gracia
me alcanzó.
3.Maravillosa gracia,
cuán grande es su poder;
al corazón más negro
blanco lo puede hacer.
Gloria del cielo ofrece,
sus puertas ya me abrió,
pues de Cristo divina gracia
me alcanzó.
Maravilloso Es El Gran Amor
Maravilloso es el gran amor
Que Cristo el Salvador derramó en mí;
Siendo rebelde y pecador,
Yo de Su muerte causa fui.
¡Grande, sublime, inmensurable amor!
Por mí murió el Salvador.
Coro:
¡Oh, maravilla de Su amor,
(¡Oh maravilla de Su amor;)
Por mí murió el Salvador!
(por mí murió el Salvador!)
Él Su celeste hogar abandonó,
Dejando posición, gloria y honor;
De todo ello se despojó
Por rescatar al pecador.
Misericordia inmensa Él mostró;
Su gran amor me alcanzó.
¡Grande misterio! Dios el inmortal
Muriendo en la cruz entregó Su ser;
Ni mente humana ni angelical
Jamás lo puede comprender.
Inexplicable es el infinito amor
Que demostró mi Salvador.
En vil prisión mi alma padeció,
Atada en pecado y oscuridad;
Pronto en mi celda resplandeció
La clara luz de Su verdad.
Cristo las férreas cadenas destruyó;
Quedé ya libre, ¡gloria a Dios!
Hoy ya no temo la condenación;
Jesús es mi Señor, y yo Suyo soy.
Vivo en Él que es mi salvación,
Vestido en Su justicia voy.
Libre acceso al Padre gozo ya
Y entrada al trono celestial.